Fue una experiencia enriquecedora en todos los sentidos para nuestros alumnos. Compartieron una mañana con ancianos dependientes y, en muchos casos, faltos de cariño y no precisamente por los trabajadores del centro, que irradiaban dulzura en el trato con los residentes.
Visitaron las instalaciones, jugaron al bingo, participaron en talleres de plástica y realizaron ejercicios físicos guiados por la fisioterapeuta.
Para finalizar la jornada de convivencia, cantaron varios villancicos clásicos en el salón de actos.
Y, antes de irnos, los responsables de la residencia nos invitaron a un impresionante "tapeo".
Desde aquí, agradecer nuevamente a José Manuel Ramírez que haya hecho posible esta actividad y, sobre todo, por su dedicación y labor social. Hasta pronto.
1 comentario:
He puesto un comentario recientemente pero parece que se ha borrado en mi opinión creo que el qgrqdecimiento debería estar repartido con el personal del centro de tdos los departamentos sin el cual tantas celebraciones no hubiesen sido posible..muchas gracias
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